miércoles, 12 de septiembre de 2012

PLUMA Y PINCEL





Antes de amarte, amor, nada era mío:


vacilé por las calles y las cosas:

nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba. 

Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena. 

Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno. 

Todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos. 


NERUDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario